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Se presume inocente

Con la implementación del nuevo sistema de justicia penal acusatorio, se establece el que todo individuo que sea acusado de un delito se considera que es inocente hasta que se le demuestra lo contrario

Con la implementación  del nuevo sistema de justicia penal acusatorio, se establece el que todo individuo que sea acusado de un delito se considera que es inocente hasta que se le demuestra lo contrario.

Habrá un sinnúmero de opiniones que se verterán en diferentes direcciones, una podría ser el que al individuo se le considere como presunto inocente (no inocente) al mismo tiempo de considerársele como presunto culpable; al fin de cuentas al existir una denuncia penal se pone sobre la mesa la duda de si es considerado en una u otra circunstancia.

Se presume inocente

En el vecino y rico Estado de Veracruz desde hace ya algún tiempo que se han venido señalando un sinnúmero de ilícitos en los cuales el ahora gobernador con licencia Javier Duarte de Ochoa se presume ha incurrido. Inclusive ante la opinión publica veracruzana el mismo podría ser culpable y esto se comenta porque el gobierno federal a través de las instancias pertinentes debieron de al menos sospechar de la posible culpabilidad de Duarte en los ilícitos que se le imputan y así de esta manera mantener una estrecha vigilancia de lo que él hacía y hacia donde se dirigía, vaya, hubiera sido lo más lógico por hacer, pero no; no fue así y quien es sospechoso de grandes delitos ahora es considerado un prófugo de la justicia mexicana.

Se presume inocente, si, el ex gobernador de Veracruz Javier Duarte de Ochoa se presume inocente de los delitos de lavado de dinero y delincuencia organizada al existir una orden de aprensión por esos delitos por parte de la PGR en su contra. 

Con estas imputaciones, ¿Cómo es posible que el estado mexicano no le haya seguido siempre los pasos muy de cerca? ¿Cómo es posible que ahora no sepa donde se encuentra el señor Duarte? Ahora se menciona que ha iniciado la “cacería” de Javier Duarte, esto sin duda alguna es un insulto a la inteligencia del pueblo mexicano, decir que ahora ha iniciado la “cacería” de Javier Duarte, es como poner el ejemplo de un cazador de pavos, que antes de salir a cazar un pavo, lo tuvo siempre en casa dentro de sus fronteras y cuando al final se decidió a cazarlo lo dejó ir para ver si lo logra encontrar, si lo logra cazar.

Se presume inocente, si, con este elevado nivel de sospecha de que el señor Duarte haya cometido el sinnúmero de ilícitos de gran tamaño, por ley, se presume inocente.

De acuerdo con información dada a conocer por la titular de la PGR, Arely Gómez González, la investigación en la cual se indagó a Javier Duarte determinó que los delitos fueron cometidos por ‘‘un grupo de nueve personas, de las cuales dos ya fueron detenidas y seguimos tras la captura de todos estos sujetos’’. ‘‘A partir de ese momento, y con la certeza de que de que se tenía una orden de aprehensión emitida por el Poder Judicial competente, se empieza a trabajar para su ubicación, pero siempre respetando, absolutamente, el debido proceso y los derechos humanos del presunto. Asumimos siempre una presunción de inocencia y por lo mismo de esa manera se está trabajando’’.

Al señor no lo pudieron “tocar” antes de que se esfumara por el hecho de que se tiene que cuidar el debido proceso y los derechos humanos del imputado. 

¿Y qué hay del derecho del cual gozan los millones de Veracruzanos que se sienten agraviados del presunto desfalco que en su prejuicio llevo a cabo Javier Duarte de Ochoa? Hasta un niño de primaria puede deducir que el estado mexicano siempre ha contado con todo para tener bien identificada la localización de cualquier individuo, ¿Por qué a Duarte de Ochoa no lo mantuvo siempre vigilado? Porque, se le puede tener vigilado sin violar sus derechos humanos y manteniendo el buen manejo del debido proceso ¿O no?

Se presume inocente, si, el señor Javier Duarte de Ochoa se presume inocente.

En teoría este nuevo sistema de justicia penal acusatorio debería de ser aplicado por igual a todo individuo sin importar raza o clases social, en teoría, pero tal pareciera que en la práctica no es así.

Existen miles, ciento de miles de casos en los cuales las autoridades de todos los niveles violan los derechos humanos y el debido proceso no solo de delincuentes sino de gente inocente, la diferencia entre estos casos y el de Duarte de Ochoa es el poder que da el dinero y el conocimiento, si, el posible conocimiento de actos ilícitos cometidos por otros que se encuentran en el poder.

Tal es el caso de un vecino del que escribe, el cual se encuentra padeciendo una enfermedad nerviosa que le impide hablar y tiene dificultades motrices en sus piernas aun cuando puede caminar, lo hace con dificultad. El acostumbra a pasar las tardes sentado a la sombra en una esquina de la colonia, y un día pasó un convoy de soldados y estos se bajan de sus vehículos e intentan levantarlo; el joven no está haciendo algo malo, solo está sentado pasando la tarde, él se asusta y antes de que lo agarren, se echa a correr (Con todo y su dificultad para moverse) y los soldados lo persiguen, el corrió hacia donde yo me encontraba a una corta distancia, es cuando yo les digo a los soldados que el muchacho es mi vecino y que se encuentra enfermo, que él no le hace daño a nadie a lo que los soldados se retiran.

De no haber estado yo ahí, muy probablemente se lo hubieran llevado, por solo ser “sospechoso” de ser delincuente. Es ante este contraste enorme que se da en la impartición de justicia entre quienes ostentan riqueza y poder y quienes solo tienen lo necesario para vivir día a día que los mexicanos vivimos. 

La pregunta es: ¿Y porque con el joven de mi colonia no se cuidaron sus derechos humanos y el debido proceso? Ni siquiera había ciudadano o vecino alguno acusándolo de algo que haya hecho mal. En el caso de Duarte de Ochoa si existieron desde hace tiempo un sinnúmero de señalamientos que lo ponían como un sospechoso de cometer ilícitos, pero él tiene dinero y poder. 

La sociedad mexicana toda demanda en un “grito desesperado” el que se haga verdadera justicia, demanda el que ya no se le quiera dar “atole con el dedo”, demanda el que quienes llegan, por mandato del pueblo y para el pueblo a ejercer en puestos de elección popular en todos los niveles, no se conduzcan de manera prepotente para beneficio de unos cuantos violando la ley y afecten a los más con sus acciones.

Se presume inocente, si, Javier Duarte de Ochoa se presume inocente así como el pueblo mexicano todo presume que el gobierno, el estado mexicano lo dejo ir. ¿O es que realmente el estado cree que el pueblo acepta su versión, esa de que no pacta con aquellos que cometen delitos? Digo…es pura presunción.

Hasta la próxima, primeramente Dios.

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