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Reyes Heroles y la Reforma Energética

Desde su reposo eterno bajo tierras nahuatlacas, don Jesús Reyes Heroles, el ideólogo del liberalismo social, responde con voz sonora a los Beltrones, Gamboas, Lozoyas, Ochoas, Bernales, Penchinas y demás traidores a la patria

Desde su reposo eterno bajo tierras nahuatlacas, don Jesús Reyes Heroles, el ideólogo del liberalismo social, responde con voz sonora a los Beltrones, Gamboas, Lozoyas, Ochoas, Bernales, Penchinas y demás traidores a la patria (Beltrones dixit): “Si el desenvolvimiento y futuro de la industria petrolera representan en sí una contribución al progreso nacional, ésta es aún mayor, pues el petróleo nacionalizado ha prefinanciado el desarrollo económico y social de México, ha sustentado y sustenta, en buena medida, la inversión en infraestructura, y a partir del viraje económico iniciado en 1939-1940 cubre un alto porcentaje del costo público de la expansión privada”.

Don Jesús Reyes Heroles fue director de Petróleos Mexicanos durante el régimen del presidente Gustavo Díaz Ordaz, cuando se hizo una de las inversiones más importantes en la industria petrolera y se fincaron las bases de lo que fue la gallina de los huevos de oro por los siguientes 40 años, hasta que le torcieron el pescuezo y no la dejaron buena ni para caldo. Durante la celebración del trigésimo aniversario de la expropiación de la industria petrolera, el 18 de marzo de 1968, dijo, en Poza Rica, un importante discurso.

Reyes Heroles y la Reforma Energética

Respondió, como moderno profeta, a las voces del futuro aciago que es la realidad que hoy padece la patria en estos momentos difíciles, y dijo: “Flotan, en el ambiente, criterios contradictorios en torno a la política petrolera. Se sostiene que deberíamos importar crudos, cuyo costo es menor que los del país. En rigor, nuestros costos de crudo son mayores —que no los de los productos industriales— por la misma etapa de petróleo difícil que vivimos. Pero, de importar crudos, presionaríamos la balanza de pagos, estaríamos en el futuro expuestos a una dura dependencia; quizá los consiguiéramos por debajo de nuestros costos sólo temporalmente, y con lo que pagaríamos por esos crudos, en vez de proporcionar empleo a mexicanos, aumentaríamos los ingresos de unos cuantos señores feudales de lejanas latitudes o de empresas internacionales”. El tiempo le dio la razón, México llegó a exportar 3.5 MBD.

Tres y medio millones de barriles de crudo diarios, que le permitieron un ingreso 49,322,251 millones de dólares, nada más en el 2011, cuando la producción iba a la baja por falta de inversión en exploración y perforación, y los precios llegaron al tope máximo histórico, por arriba de los cien dólares el barril. El botín era tan grande que de un lado y del otro estuvieron pugnando por hacerse de esa riqueza de una forma y otra. 

Aún no se daba el ‘boom’ petrolero y la inversión que anunció Reyes Heroles, fue: “El presupuesto para 1968 asciende a 15 mil 494 millones de pesos, total que se integra en un 88 % con recursos propios y un 12 % con financiamientos. Con el fin de dar una visión más apegada a la realidad de las disponibilidades de capital de trabajo, se incluyen las líneas de crédito revolventes, que se ejercen y liquidan en el curso del año. Los recursos propios, 11 mil 454 millones, se forman de 10 mil 815 millones por ventas interiores, 564 millones por exportaciones y 75 millones por ingresos relacionados con ventas. Colocaremos productos petroquímicos por 900 millones de pesos, con un incremento de 110 % en relación a 1967. De las exportaciones, el 18 % corresponde

a dichos productos y se adicionará la sustitución de importaciones de petroquímicos básicos en 367 millones de pesos”. Todo claro, transparente, con rigor republicano.

Dijo, con orgullo: “Al 18 de marzo del presente año se terminaron 6 plantas de refinación: se hallan en construcción 12 y en proyecto 4. Por lo que respecta a plantas petroquímicas, se terminaron 13; se encuentran en proceso de construcción 9 y 8 en proyecto. Se concluyeron 2 terminales de amoniaco y se hallan en proceso de construcción 3, y en proyecto 3 plantas de aprovechamiento de gas natural. La capacidad de producción petroquímica creció de 720 mil 500 toneladas en 1966, a un millón 292 mil 645 en 1967. Con las plantas de amoniaco de Camargo y Minatitlán se ha cuadruplicado la capacidad de producción de 1965 a la fecha. Se pusieron en funcionamiento la planta de etileno y tres de derivados clorados en Pajaritos; en Minatitlán tres de aromáticos y en Ciudad Madero la de estireno. Para 1968 se prevé una producción de petroquímicos básicos de un millón 317 mil toneladas”.

Así respondió, desde el ámbito etéreo, don Jesús a los adalides de la reforma que ha dejado a México y a los mexicanos a merced del capitalismo salvaje.