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Lluvia de gobernadores

Después de la abrupta salida de Javier Duarte del gobierno de Veracruz y la orden de arresto emitida por la Interpol contra Guillermo Padrés nos llega la sensación de que habrá una lluvia de arrestos, bien merecidos contra toda una generación de gobernadores corruptos

Todo comenzó con la investigación contra Tomás Yarrington, Humberto Moreira y Eugenio Hernández en Estados Unidos. La investigación mexicana contra Yarrington originó una orden de arresto, desde entonces el exgobernador se encuentra prófugo de la justicia, en cambio contra Hernández y Moreira quedaron totalmente desechadas.

      Una cosa es evidente: el gobierno de Enrique Peña Nieto ha investigado y procesado más gobernadores y alcaldes que el de sus antecesores panistas. Entre los exgobernadores que parecen seguir aparte de Padrés y el ya detenido Andrés Granier, son; Javier Duarte y César Duarte, mientras Rodrigo Medina y Fausto Vallejo parecen irla librando. 

Lluvia de gobernadores

      Lo grave del asunto tiene que ver no sólo con actos impresionantes y descarados de faltas administrativas y corruptelas, sino en un daño irreparable en contra del patrimonio del mismo gobierno, de particulares y sobre todo heredando deudas enormes que privarán del desarrollo a sus entidades por varias décadas. 

       El paso de los panistas en sus 12 años de gobierno federal puede asegurarse como un desastre mayor en cuanto a la impunidad de los gobernadores y alcaldes. Ha sido la era del total libertinaje en la administración pública. Y sobre todo el contubernio entre estos gobernantes y el crimen organizado. Pensar que Margarita o Anaya tengan acceso al poder es para preocuparse muy seriamente, pues es trágico no apelar a la memoria del desastre dejado por ese partido político. 

       Es cierto; hay corrupción en todos los partidos, sin embargo el PAN demostró con hechos y números, que la corrupción creció en sus gobiernos de manera alarmante. De hecho la OCDE colocó al gobierno de Felipe Calderón como uno de los peores en transparencia y combate a la corrupción, pasando del lugar 23 de la misma organización al 29. Y es precisamente esta corrupción que florece ante la falta de capacidad ejecutiva para atender las necesidades populares. 

      Aclaro: esto no quiere decir que el actual gobierno esté limpio de corrupción, basta recordar la Casa Blanca para darse cuenta de que la corrupción está hasta el más alto nivel del gobierno. Pero de alguna manera es un hecho que la aplicación de la justicia contra gobernantes corruptos se ha ejercido mejor en la presente administración que en las panistas anteriores. 

      En el caso veracruzano la tragedia es mayor, pues quien llega al poder del gobierno estatal, Miguel Ángel Yunes, panista, cuenta con una larga cola de corruptelas y su calidad moral es da la más baja calaña. Así que limpiar la casa con el trapeador enlodado se antoja imposible. Pero al menos, si caen los Duarte y otros alcaldes, pero con pruebas, con una justicia ejercida con oficio no por decreto, los nuevos gobernadores deberán medirse para no correr la misma suerte de esos desvergonzados hampones que han destruido completamente a sus entidades.

Contacto: abeloseguerakernion@gmail.com