Editoriales > FONDO Y FORMA (ABEL OSEGUERA KERNION)

La cumbre de la APEC

Durante los últimos días de la cumbre de la APEC en China, el Presidente Enrique Peña Nieto firmó varios acuerdos comerciales con China. La balanza comercial entre ambos países nos tiene en desventaja, muchos dirían que lo mejor sería bajar la cortina a los productos chinos y apuntalar a los productores mexicanos, sin embargo el gobierno mexicano apuesta por aumentar el comercio con China para intentar nivelar esa diferencia entre las importaciones y exportaciones.

Durante los últimos días de la cumbre de la APEC en China, el Presidente Enrique Peña Nieto firmó varios acuerdos comerciales con China. La balanza comercial entre ambos países nos tiene en desventaja, muchos dirían que lo mejor sería bajar la cortina a los productos chinos y apuntalar a los productores mexicanos, sin embargo el gobierno mexicano apuesta por aumentar el comercio con China para intentar nivelar esa diferencia entre las importaciones y exportaciones. 

Un acuerdo de 7.4 millardos de dólares consiguió el gobierno mexicano, además un crédito para Pemex por 10 millardos. Entre los acuerdos firmados está el aumento de importación de productos del campo mexicano y el establecimiento en territorio mexicano, de ICBC el mayor banco del mundo por capitalización de mercado.

La cumbre de la APEC

Pareciera ser que durante esta cumbre México está jugando las cartas internacionales en un panorama donde el anfitrión Xi Jinping y Vladimir Putin opacaron totalmente al Presidente de EU, Barak Obama, quien intentó brillar, pero la pólvora la traía mojada desde la derrota electoral de su partido, el demócrata, a manos de los republicanos, quienes ya controlan ambas cámaras. El juego de la política internacional iniciada entre China y Rusia, a la llegada de Xi Jinping ha ido escalando en poder. Ya desde principios del 2014 los números chinos le elevaban a convertirse en la primera economía mundial. Hoy en día, China es el primer productor del mundo y el primer consumidor, relegando a EU a un segundo lugar. Esto lo vio venir el Presidente Putin, quien le ha devuelto el ánimo beligerante a los rusos, tras la derrota de la Guerra Fría. De tal manera junto a Brasil, Sudáfrica e India dieron un nuevo impulso a BRICS.

En el nuevo juego de intereses mundiales, la Eurozona enfrenta el reto de reducir el rezago de algunos países socios como Grecia, Italia, España y Chipre. Gran Bretaña ya resolvió su disyuntiva sobre la separación de Escocia, sin embargo Cataluña y Venecia, siguen insistiendo en separarse de sus propios países ya que las aportaciones fiscales de sus regiones son distribuidas a mercados antiguamente suyos y que por el ingreso a la Eurozona los han perdido. Luego Alemania le puso el ojo a Ucrania, país dependiente por muchos años de la URSS y después de Rusia. Esto enfureció a los rusos, ya no eran los tiempos de Yeltsin y de la debilidad rusa. Sabiendo Putin que era ahora EU y Europa quienes vivían momentos críticos en sus economías y sabiéndose respaldado por la riqueza de China decidió enfrentar a EU y sus aliados europeos por el control de Ucrania. De tal manera recuperó un antiguo territorio ruso, ya una vez cedido a Ucrania tras la caída de la cortina de hierro, pero que sin embrago seguía ocupando bajo un arrendamiento para mantener su base naval en el Mar negro.

Las sanciones de EU y Europa golpearon fuertemente a la economía rusa, pero éstos reaccionaron imponiendo a la vez altos aranceles a las importaciones alimenticias desde Europa. Esto trajo consecuencias fuertes a Francia, España y Grecia, principalmente. Putin hizo esto no por el daño económico que estas medidas afectarían a Europa occidental, sino porque bien sabe que los agricultores europeos son los más aguerridos a la hora de las protestas en sus respectivos países, de tal manera cada que los europeos tuvieran elecciones, sus propios agricultores les echarían en cara la torpeza cometida en Ucrania.  Estrategia que se va agudizar con la llegada del invierno, ya que Rusia es el principal exportador de gas natural a la Unión Europea. Por eso, para compensar las restricciones de gas a Europa occidental, firmó un acuerdo con China para abastecer de gas y petróleo por los próximos 20 años. 

Luego vino la gira de Putin a Latinoamérica. Condonó la deuda Cubana a Rusia, entablando una nueva agenda en sus relaciones bilaterales. Aprovechó el problema de los fondos buitre que sufre Argentina por un fallo de la corte de NY, que ha puesto  su economía al borde de la suspensión de pagos, y les invitó a formar parte de BRICS. Lo que estratégicamente da a Rusia y a China mercados antes exclusivos de EU. 

La erosión de la economía norteamericana en gran medida se debe a la apertura de los productos chinos. EU en los últimos años ha estado más preocupado por hacer las veces de policía del mundo que en apuntalar su fuerza productiva. Dejaron de lado a la clase trabajadora y por presión de las grandes corporaciones han mantenido los salarios estancados en los últimos 15 años. De tal manera el gobierno federal debe invertir cada día más en ayudas sociales para compensar la pérdida de poder adquisitivo de la clase obrera. Por lo tanto, el gobierno norteamericano enfrenta un crecimiento desmedido de su deuda pública, misma por años ha estado siendo adquirida entre otras naciones, por Rusia y China. De hecho China y Rusia anunciaron hace 6 meses que ya no estaba en sus planes seguir adquiriendo deuda norteamericana, lo que se entendió como un claro mensaje político de alianza.

El PIB de Rusia es un poco mayor al de Italia, pero su inmensa riqueza mineral, sumado a su gran extensión territorial y su tecnología de punta en exploración espacial y nuclear, le convierten en la segunda potencia militar del mundo, tras los EU. 

De tal manera se están tejiendo las cosas hacia una estrategia de debilitamiento de los EU desde BRICS. En pocas palabras, la idea geopolítica de China y Rusia es debilitar a EU y sus socios europeos para que tengan menor peso político internacional. El juego es comercial y político. Un ejemplo es lo que ocurre con Irán, enemigo de los EU desde la crisis de los rehenes a finales de la década de los setentas. Parecía que las relaciones comenzaban a encausarse hacia un posible restablecimiento de las relaciones, sin embargo la capacidad de cabildeo político conocido como “Lobbing” en Washington por parte de Israel, ha venido a retrasar los acuerdos, causando un adelanto por parte de Rusia, quien anunció una inversión billonaria en reactores de generación eléctrica en Irán para los próximos años.

Las cosas están comenzando a cambiar muy rápidamente. El neoliberalismo y la globalización comercial impulsada por EU y la Unión Europea están comenzando a volverse en su contra. Ya en México está haciendo estragos con la economía y de hecho, creo yo, este sistema económico empujó hacia cambios políticos nefastos para frenar el poder adquisitivo de los pobres y la clase media. De hecho en México y el mundo sólo apuntaló a los grandes capitales y mantiene los sueldos congelados, provocando un crecimiento de la pobreza y por consiguiente de la delincuencia.

Por eso llama la atención el nuevo impulso que el gobierno mexicano ha dado a las relaciones comerciales con China, cuando por los últimos años el gobierno se preocupó más por ganar espacios comerciales con nuestro principal socio comercial; los EU. Incluso hubo grandes avances con las exportaciones hacia Europa, pero ahora parece el gobierno comienza a entender el juego internacional dictado desde oriente, como una opción de búsqueda de inversionistas más rentables o quizá más agresivos en las inversiones internacionales que los europeos o norteamericanos. 

No se puede entender de otra forma, ya que como antes mencioné la balanza comercial con China nos desfavorece a tal grado que lo lógico sería mejor bajar la cortina. Sobre todo cuando todo apunta a que se está gestando una nueva era de “Guerra Fría”. Rusia anunció esta misma semana de vuelos militares hacia el Caribe y Golfo de México, también realizó maniobras militares muy cerca de la frontera con Ucrania. Por eso, quizá el gobierno mexicano está queriendo jugar el mismo juego que se jugó durante la Guerra Fría. Es decir, coquetear con los enemigos de EU para lograr acuerdos políticos y comerciales. Pero este juego además de desgastante provoca fricciones indeseables. En estos momentos, el gobierno federal cruza por una de sus más duras pruebas de credibilidad nacional e internacional, jugar rudo fuera del país y contra nuestro vecino y socio comercial, se antoja arriesgado por lo menos y suicida por lo más. México está sentado sobre un barril de pólvora llamado pobreza extrema. Buscar apuntalar el desarrollo de la industria mexicana deberá ser una prioridad del gobierno, entendiendo, claro, que esta solución es muy lenta y que recuperar la economía mexicana se llevará años. Pero se puede comenzar dando confianza desde el gobierno, y para esto se necesita implantar un plan de combate a la corrupción muy agresivo, solo esto devolverá la confianza del pueblo hacia el gobierno federal.

Por lo pronto el gobierno mexicano está demostrando cierta inclinación hacia los intereses orientales, esperemos sea en bien de la nación.  

Contacto: abeloseguerakernion

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