Editoriales > FONDO Y FORMA (ABEL OSEGUERA KERNION)

La casa pierde

En México, el juego electoral está diseñado para que gane el gobierno, incluso sin necesidad de hacer trampa

En el argot del mundo del azar, sobre todo en las ciudades íconos del juego como Las Vegas, Mónaco y Atlantic City, se nota a todas luces que los casinos son muy buen negocio. Los juegos de azar están diseñados para que las probabilidades de gane estén a favor de la casa de juegos. Por eso los propietarios de estos establecimientos invierten miles de millones de dólares y hasta regalan, viajes y hospedaje a cambio de hacerse de nuevos clientes. 

En México sucede algo parecido, pero en política. El juego electoral está diseñado para que gane el gobierno, incluso sin necesidad de hacer trampa. Esto, porque los gobiernos mexicanos de los tres órdenes de poder no tienen freno para contratar publicidad en los medios de comunicación en bien de fortalecer la imagen de sus partidos. Cosa que no ocurre en ninguna parte del mundo. Mientras en otros países está prohibido publicitar obras y programas de asistencia social, en México los políticos en el poder ejercen presupuestos millonarios para impulsar su imagen personal o partidaria.

La casa pierde

Ya de entrada eso los pone en ventaja, por supuesto si se dedican a gobernar bien y con honestidad. Sin embargo, aprovechando esta ventaja logística de propaganda, la mayoría se dedican a servirse con la cuchara grande previendo que su imagen será limpiada con toneladas de dinero a los medios de comunicación. 

Creando una dependencia de éstos al presupuesto gubernamental. De tal manera los medios de comunicación se ponen al servicio del gobierno o de quienes les contratan para manipular la percepción del pueblo espectador, y seguir con la depredación presupuestaria de los gobiernos.

Ahora bien; cuando los gobiernos están escasos de recursos, o por situaciones de balancear su presupuesto deciden no gastar en propaganda, los medios de comunicación comienzan sus campañas de desprestigio contra esa administración, de tal manera que se vuelve una cruel extorción mediática. 

Durante la campaña del Bronco en Nuevo León quedó de manifiesto que un buen candidato que capitalice el encono del pueblo no necesita a los medios de comunicación, pues hoy se cuenta con una relación directa entre el electorado y el personaje público a través de las redes sociales. Y algo muy parecido parece estar ocurriendo en el Estado de México.

La casa de apuestas, propiedad del Presidente Enrique Peña Nieto tiene a su favor el juego de la elección. Tiene a los medios, el dinero, la estructura para la compra de votos y hasta al árbitro. Todos jugando contra una humilde maestra y contra Andrés Manuel López Obrador.

Pareciera un tren les va a embestir, pero ese tren no camina, y no camina porque su lastre de corrupción, desprestigio, empobrecimiento del pueblo, falta de atención ciudadana, carestía y sobre todo el descaro con que manipulan a otros partidos con los que negocian en lo oscurito les puede costar la elección. 

Son muchas cosas y ofensas que el pueblo se ha tragado por estos políticos totalmente desarraigados del sentimiento popular. Son unos desvergonzados que creen que con su sucio dinero pueden hacer y deshacer. El pueblo ya está harto de tanta corrupción, indecoro y cinismo. 

La próxima semana la casa puede perder. La próxima semana sabremos si el pueblo del Estado de México habla claramente en las urnas y desprecia 80 años de abusos y olvido. La próxima semana, también, puede ser el inicio de la carrera presidencial. Que la casa pierda, eso siempre es espectacular.

abeloseguerakernion@gmail.com