Editoriales > FONDO Y FORMA (ABEL OSEGUERA KERNION)

¿Estamos preparados?

Los acontecimientos electorales de los Estados Unidos han traído a muchos una incertidumbre enfermiza, acompañada de un miedo crónico

Los acontecimientos electorales de los Estados Unidos han traído a muchos una incertidumbre enfermiza, acompañada de un miedo crónico. ¿Es válido ese temor? Por supuesto que lo es. No porque Trump vaya a embestir contra México, ni por la suspensión del TLCAN, ni siquiera por la expulsión de mexicanos que laboran allá, sino por los endebles y delicados funcionarios públicos que gobiernan México. 

El grado de corrupción de este gobierno alcanza niveles de descaro e impunidad que ni con la recompensa ofrecida por los exgobernadores priístas Javier Duarte o Tomás Yarrington alcanza a convencer al pueblo de su novel intención justiciera. Todos sabemos que la corrupción se ejerce desde el más alto nivel, misma provoca réplicas sísmicas en toda la cadena gubernamental.  

¿Estamos preparados?

¿Cómo no temer a Trump? Si los encargados del gobierno están a merced de cualquier juicio internacional anticorrupción. ¿Cómo nos defenderán de los embates? ¿Cómo defenderán a nuestros connacionales? Si están embarrados en jugosos negocios con las grandes trasnacionales. Nuestro gobierno y su entreguismo son el verdadero origen del temor de los mexicanos. La pérdida de nuestra soberanía, el extravío del nacionalismo, el abandono educativo, el endeudamiento irresponsable, el acoso fiscal, las reformas entreguistas, todo eso en manos de corruptos solo preocupados por engordar sus cuentas en el extranjero son lo que hacen de México un país a merced de cualquier embate extranjero. 

Somos un barco a la deriva, sin el motor de la productividad, sin el casco de la institucionalidad, sin el rumbo del nacionalismo. Con marineros sin preparación y un capitán que solo piensa en tener a la mano su bote salvavidas para ser el primero en abandonar la nave. No estamos preparados para enfrentar lo que se viene y lo más triste es que todos temen, pero también les falta el valor para encaminar un cambio verdadero en la clase política. Tan es así que los encumbrados en el poder y sus televisoras apuestan a la mala memoria de los mexicanos, como lo hicieron con el PRI, y ahora quieren lanzar a Margarita Zavala.

En estos tiempos difíciles estamos obligados a tomar medidas necesarias para enfrentar un nuevo mundo de aranceles y restricciones comerciales. Debemos combatir la corrupción barriendo desde arriba hacia abajo, debemos elegir a políticos valientes y nacionalistas. Debemos olvidarnos de la mentada globalización y devolver el poder productivo que México tenía en los setentas del siglo pasado. Es necesario anteponer el poder adquisitivo de la clase media al interés y apuntalamiento de las grandes corporaciones internacionales. 

México debe tomar medidas obligadas ente el cambio de juego que se aproxima, porque seguir con las mismas políticas entreguistas y apostar al libre comercio internacional implica un suicidio. Seguir por el equivocado rumbo que lleva la economía es ir con paso firme al despeñadero. Sólo basta señalar que en los últimos 25 años el poder adquisitivo de la clase media ha caído por la mitad, mientras el endeudamiento de los 3 niveles de gobierno se ha duplicado, como también se ha cuadriplicado el endeudamiento privado. El nivel de pobreza y crecimiento de la delincuencia son el claro resultado de éstas políticas económicas. Como he dicho en otros artículos; esto no es privativo de México, lo viven en todo el mundo, Gran Bretaña tuvo el valor de cambiar, Estados Unidos también, con la elección de Trump. ¿México necesita otra Revolución para entenderlo? Si no tenemos el valor de cambiar esto en las urnas, el hambre del pueblo nos llevará a un levantamiento inevitable.

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