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Entre Carrol, Kafka y Rulfo

Los grandes maestros de la literatura de los siglos XIX y XX, que con la aparición de las nuevas tecnologías de comunicación cibernética parece que no tendrán igual en la presente centuria

Los grandes maestros de la literatura de los siglos XIX y XX, que con la aparición de las nuevas tecnologías de comunicación cibernética parece que no tendrán igual en la presente centuria, no podrían imaginar una trama tan truculenta como lo que está ocurriendo en las tierras del Anáhuac, donde los patos tiran a las escopetas y ni los tres pelos de la burra en la mano son prueba contundente de que sea parda. Todo es irreal.

Primero, el profesor y diácono Lewis Carrol combinando fantasía, disparate y absurdo, con incisivas paradojas lógicas y matemáticas, marca el rumbo de la literatura fantástica con Las aventuras de Alicia en el País de las Maravillas, indudablemente un clásico; después, el iniciador y máximo exponente de la literatura de lo absurdo, Frank Kafka, con sus narraciones en parábolas de turbadora e inagotable riqueza simbólica, marca el rumbo en la primera mitad del siglo XX; luego, viene Juan Rulfo y su realismo mágico.

Entre Carrol, Kafka y Rulfo

Pues, ninguno de ellos, con su indudable genialidad pudo haber imaginado nada como la paradoja de OHL, la constructora inmiscuida en asuntos de corrupción en España, su sede, en México, en Perú y en otros países donde ha sentado sus reales. Viene a resultar que, por segunda ocasión, en el Día de la Madre, la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) solicitó a la empresa de construcción OHL México pruebas que acrediten que no interfiere en procesos electorales del país. “En razón de lo anterior, en escrito adicional la SCT solicita a OHL México que en un plazo no mayor a 3 días hábiles envíe un informe detallado que acredite que no existe transferencia de recursos de carácter ilícito que puedan afectar las concesiones públicas en las que participa”. 

La empresa, de la cual, en enero del 2015, se difundieron un par de audios en los que ejecutivos de la compañía acordaban aumentos de peaje en autopistas del Estado de México a cambio de pagar las vacaciones de un funcionario estatal, así como el pago de sobornos en los términos usuales a un magistrado, que la libró con el sacrificio de piezas menores del tablero de la corrupción: su director de Relaciones Institucionales, Pablo Wallentin y el vacacionista Apolinar Mena; simplemente, respondió a la SCT que no; que no había hecho pago, transferencia de recursos o entrega de fondos ilícitos. ¡Oh!

Pero, a través de la Operación Lezo, llevada a cabo por la Guardia Civil española, se sabe que OHL es sospechosa de utilizar dinero proveniente de su filial mexicana para comprar voluntades de políticos españoles y conseguir concursos de obras públicas, por lo que ha sido detenido su expresidente Ignacio González. Está en prisión desde el 19 de abril, acusado de enriquecerse personalmente y recaudar dinero para el Partido Popular.

El siempre bien documentado Alfredo Jalife, afirmó, en su blog de Telesur, con fecha 10 de mayo del 2015, que: “Las prácticas delincuenciales de la poderosa constructora española OHL, ahora en su pestilente filial mexicana, cuyo director, José Andrés de Oteyza, provocó la grave crisis petrolera de 1981 con José López Portillo, se suma a la epidemia de corrupción de los dirigentes del Partido Popular (PP) infectado en su alma desde la burbuja inmobiliaria de José María Aznar –que develé hace 7 años– pasando por su estratega Antonio Solá, hasta el fondomonetarista Rodrigo Rato”. ¡Puros pillos!

La última, es que ante el Instituto Nacional Electoral se apersonó Emilio Álvarez Icaza, portavoz de la agrupación Ahora, y explicó que: “Es la presentación de una queja en contra de Alfredo del Mazo, en contra del Partido Revolucionario Institucional, de OHL y de otros funcionarios estatales y federales por el uso de recursos de procedencia ilícita en procesos electorales”, exigiendo que el organismo abra una investigación para que se deslinden las responsabilidades correspondientes y se actúe en consecuencia. “Toda vez que a través de la tarjeta de prepago ‘La Efectiva’ y de pagos en efectivos, se presume que estos, que ascienden a los 4 mil millones de pesos, y son triangulados por medio de recursos de concesiones asignadas a la empresa OHL”.

Seguramente el INE preguntará otra vez a OHL si es cierto, con lo se puede tener la respuesta anticipada en este caso que supera a Carrol, Kafka y Rulfo.