El ‘Sub Marcos’ y la ‘señora presidenta’

Casi al filo de la extinción política, el “Sub Marcos”, quien cambia de nombre casi con la misma frecuencia que el vocalista de Café Tacuba, volvió a aparecer en la escena nacional con una nueva propuesta a nombre del Ejército Zapatista de Liberación Nacional y el Congreso Nacional Indígena; lanzar como candidata independiente a una mujer indígena a la presidencia de México en 2018

Casi al filo de la extinción política, el “Sub Marcos”, quien cambia de nombre casi con la misma frecuencia que el vocalista de Café Tacuba, volvió a aparecer en la escena nacional con una nueva propuesta a nombre del Ejército Zapatista de Liberación Nacional y el Congreso Nacional Indígena; lanzar como candidata independiente a una mujer indígena a la presidencia de México en 2018.

A decir del “Sub Marcos”, la lucha no es por el poder, sino para fortalecer la resistencia y la rebeldía. Esa fue la resolución principal del CNI que celebró su quinta convención hace unos días en San Cristóbal de las Casas, Chiapas.

El ‘Sub Marcos’ y la ‘señora presidenta’

Después de lanzar el buscapiés, las bases de los pueblos originarios de México harán la consulta. Según datos de la Encuesta Intercensal del Inegi (2015), en México existen casi 7 millones y medio de habitantes de origen indígena. Con mayor presencia en los estados de Oaxaca, Chiapas y Yucatán. A menos que el EZLN busque conformarse como partido político, la propuesta no tiene ninguna posibilidad de prosperar, al menos estadísticamente.

El memorioso Andrés Manuel López Obrador recordó que en 2006 el “radical” EZLN llamó a no votar en la elección presidencial y que ahora “hasta candidata postularán”. Pero vaya coincidencia, PRI y AN tienen una notable urgencia por atomizar el voto de la elección presidencial en 2018; fragmentar el voto de la izquierda que se irá con el debilitado PRD y con Morena como una opción política con serias posibilidades de levantarse con el triunfo el primer domingo de junio de 2018 con el eterno López Obrador, cuyo discurso luce tan desgastado como las políticas públicas implementadas en nuestro país desde hace más de 30 años.

Nadie podría estar en contra de la propuesta de que una mujer indígena sea candidata a la presidencia, más aún con la inminente llegada de Hillary Clinton a la Casa Blanca y las posibilidades reales de Margarita Zavala de convertirse en la aspirante presidencial del PAN. Pero, históricamente, la guerra de “Marcos” ha sido mediática. Por ello, desestima el apoyo a aspirantes a legisladores del color de la tierra, ya que fue ahí, en la Cámara de Diputados, donde se desconocieron los Acuerdos de San Andrés Larráinzar firmados en 1996 por el EZLN y el gobierno federal encabezado entonces por Ernesto Zedillo. Con esta estrategia, ‘Marcos’ se equivoca una vez más; en la era de la información inmediata busca lucrar con el tema del indigenismo para beneficio de las élites que dice combatir, situación que nos hace recordar a Bruno Bichir, diputado constituyente con licencia de Morena que, con el tema de la “cultura” como pretexto, intentó sin éxito que el gobierno de la Ciudad de México le otorgara un predio que forma parte del patrimonio público. ¿‘Marcos’ querrá también un teatro?

Periscopio. Donald Trump acusó al magnate Carlos Slim de incidir en la línea editorial del periódico ‘The New York Times’, ya que publicó en un reportaje los testimonios de mujeres que presuntamente fueron acosadas por el aspirante republicano a la presidencia de los Estados Unidos. Tanto odia Trump a México y a los mexicanos que desconoce la manera política de operar del CEO de Grupo Carso.

Carlos Slim tiene la costumbre de apostar inicialmente a todos los gallos, no que haya apostado por Donald Trump en algún momento, pero sí es conocida la cercanía con uno de los hombres fuertes de Trump en la campaña presidencial: Rudolph Giuliani. Cuando el exalcalde de Nueva York fue contratado por Marcelo Ebrard como asesor del gobierno capitalino para la implementación del programa “Cero Tolerancia”, Giuliani aportó su propia experiencia obtenida con el programa “Broken Windows” que redujo los índices de delincuencia en La Gran Manzana. Parte de los 4 millones de dólares que cobró la empresa de Giuliani fueron aportados por el sector empresarial, Slim entre ellos. Giuliani siguió con sus negocios y operaciones en México, incluso como conferencista patrocinado por Fundación Telmex. ¿Trump se sentirá traicionado cuando se ha quedado prácticamente solo?