Apareció la bolita

Cuando el exembajador de Estados Unidos en México, Carlos Pascual, corrido por sus críticas al gobierno del becario de ingrata memoria, asegura que: “La energía no entra en la renegociación del TLC y que la reforma energética implementada por el gobierno mexicano no tiene marcha atrás”, pone en evidencia en dónde quedó la bolita en este asunto que tanto ha perjudicado a México. Se sabe para quiénes trabajaron los traidores.

Para entender qué ocurrió, basta con leer el informe anual del director general de Pemex en 2011, José Suárez Coppel: “2011 marcó una nueva pauta para PEMEX, la estabilidad de la plataforma productiva y los precios internacionales de referencia de hidrocarburos dieron lugar a un nivel histórico de ingresos que ascendieron a Ps.1.6 billones. (se produjeron 2 millones, 601 mil barriles de crudo) Asimismo, la contribución total de PEMEX por concepto de impuestos y derechos alcanzó Ps. 876.0 mil millones, lo que también significó la aportación más alta en la historia de la empresa, confirmando la capacidad de generación de valor de PEMEX y de la industria petrolera mexicana. La utilidad antes de intereses, impuestos, depreciación y amortización (EBITDA por sus siglas en inglés), que representa la capacidad de generación de flujo de efectivo operacional de la empresa, fue de casi Ps. 1.1 billones, lo que reafirma la rentabilidad de la empresa y la estructura favorable de costos”. Además, auguraba un futuro promisorio. 

Estas palabras chocan con la caída de la producción a partir del 2006, cuando se alcanzó la mayor extracción de crudo, equivalente a 3 millones 500 mil barriles diarios. De hecho, con el agotamiento del yacimiento madre Cantarell, irracionalmente sobre explotado, se estimaba que la industria del oro negro iría en declive total para agotarse en el primer cuarto de la nueva centuria, dejando al garete a la economía nacional.

Pero, viene a ocurrir un milagro. Un milagro que se ha convertido en el gran desastre nacional: En el mes de febrero de 2009, un panel de expertos del Mar del Norte, certificó que el Complejo Chicontepec contiene reservas comparables a la mitad de las reservas en Arabia Saudita, lo que pondría a México en el tercer lugar de los países con más reservas de petróleo después de Arabia Saudita y Canadá. Junto al enorme yacimiento petrolífero, floreció otro de corrupción en su más cruda y terrible expresión.

En su edición del 22 de marzo del 2016, Contralínea.com.mx, señala que: “ATG (Aceites Terciario del Golfo), fue el proyecto de mayor monto de inversión en la historia de la administración pública federal, pero los resultados no justifican tal inversión, y hoy se encuentra en su etapa más crítica pues es posiblemente el colapso económico petrolero más grande del mundo. Jamás se habían derrochado más de una decena de miles de millones de dólares en beneficio de funcionarios de gobierno y empresas petroleras extranjeras. Ningún otro país en el mundo lo haría”. A partir de ahí se inició el cuento de que México carece de capacidad para hacer producir su industria petrolera y se anuncia la necesidad de asociación con empresas extranjeras que si sepan. Fue el tal Carlos Pascual, ya vicepresidente de IHS, quien operó los mecanismos para que se llevará a cabo la modificación de los Artículos 37 y 38 de la Constitución para que la riqueza del subsuelo mexicano dejará de un asunto estratégico para el país y pudiera entregarse a los inversionistas nacionales y extranjeros, encabezados, obvio, por las grandes corporaciones petroleras norteamericanas, que representa Pascual. Este mismo siniestro personajes es el que otorgó al presidente Enrique Peña Nieto, el Premio a la Trayectoria en la Energía Global (Global Energy Lifetime Achievement), en reconocimiento a su “visión y liderazgo en la histórica modernización de la industria mexicana de los hidrocarburos”.

Agregó Carlos Pascual que: “Estos cambios están ya trayendo precios de electricidad más bajos para la población mexicana. Prometen capturar las mejores tecnologías para restaurar la posición de México como líder en petróleo y gas. Tomó un profundo liderazgo poner a México en este curso y hacer esta transformación real. Por eso honramos al Presidente Enrique Peña Nieto”.

El gran milagro opacado por la corrupción y el entreguismo, para volver a ser un sueño guajiro del que Carlos Pascual no quiere que los mexicanos despierten.