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Su escudo

Hay momentos en nuestras vidas cuando experimentamos grandes reveses, fallas y fracturas. Hay ocasiones cuando, independientemente de nuestros mejores esfuerzos, quedamos cortos. El daño podría ser el aguijón por la prueba que no pasaste, una relación rota, un fracaso matrimonial o la pérdida del empleo. Podría ser la decepción de no entrar en la escuela que soñaste u obtener la promoción del trabajo que querías.

Su escudo

Todas las heridas que hemos experimentado en nuestra vida causan que usemos nuestros escudos, una arma mágica que nos protege del dolor y la decepción. Utilizamos nuestros escudos como guerreros espartanos, a manera de protegernos a nosotros mismos. Los escudos pueden desviar hechos y palabras hirientes. Los escudos pueden protegernos de las injusticias, racismo y las cosas que queremos ignorar. Nuestros escudos hacen que nuestro propio pequeño mundo esté bien.

Cuando las cosas se ponen difíciles, podemos levantar alto nuestros escudos y todas las cosas malas solo rebotan. Al hacerlo, ignoramos a las personas sin hogar que vagan por las calles.  Somos capaces de ignorar a la persona con un letrero parado en la esquina, pidiendo dinero. Con nuestros escudos, las cosas, las palabras y la gente no pueden tocarnos. Las cosas malas rebotan a otras personas y lugares. Somos duros con nuestros escudos e intocables. 

Y no perdemos en ese pequeño mundo

Estaba parado en una tienda HEB un sábado por la mañana cuando una mujer joven con tres niñas pequeñas trataba de pagar su mandado. Las dos niñas mayores (de tres y cinco años de edad) estaban haciendo lo que hacen las niñas típicas, tirándose del pelo y quejándose una de la otra. El bebé estaba llorando en la parte superior del carrito del mandado a todo pulmón y se notaba que la joven madre estaba agotada. Miré como la gente que estaba alrededor, mirando de lejos y frustrados por ser molestados, tenían sus escudos en alto.

La tarjeta de alimentos de apoyo social no pasaría. La joven madre, desesperada y desconcertada, comenzó a caminar para alejarse. De pronto, vi a otra mujer acercarse y suavemente levantar el bebé que lloraba, lo coloca cerca de su pecho y le entrega al empleado de la tienda de comestibles su tarjeta de crédito.  En un momento, un escudo bajó, ofreció ayuda y la vida de una persona fue tocada. Alguien tomó la decisión de arriesgarse y ser vulnerable. Era algo simple, no se trataba de salvarle la vida dramáticamente a alguien, solo fue un momento en el tiempo. 

Todos tenemos esos momentos. Cuando bajamos los escudos y corremos un riesgo. Es un momento cuando nuestra propia burbuja de confort no importa, y no importa nuestra propia auto imagen más allá de los escudos. Nos ayudamos y experimentamos la vida en todas sus formas desordenadas. Estamos llamados a vivir por encima de los escudos, para experimentar la vida con la gente. Estamos llamados a saber que seremos dañados, decepcionados, heridos y abandonados, pero debemos tomar la decisión de estar vivos y conectados a la gente que nos rodea.

El Año Nuevo estará aquí en unas cuantas semanas. ¿Será uno de sus objetivos para el Año Nuevo que se acerca, quitarse su escudo y experimentar la vida y gente que le rodea?  El mío lo es.

Grandes cosas están pasando en McAllen, ven y se parte de ellas. 


Steve Ahlenius

Steve Ahlenius

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