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Otro clavo al ataúd del PRI: renunciará Garza Narváez

Lo único que la faltaba al Partido Revolucionario Institucional en estos momentos aciagos de su existencia en Tamaulipas está a punto de ocurrir: FELIPE GARZA NARVÁEZ, uno de los más sólidos baluartes tricolores y –cosa rara en estos tiempos– con una probada trayectoria política con vocación y honestidad a toda prueba, renunciará al PRI por motivos que en una horas se anunciarán.

El propio Garza Narváez reveló al columnista que convocará mañana miércoles a una conferencia de prensa en Ciudad Victoria donde dará a conocer su dimisión a las filas tricolores, aunque aclaró que no se retira de la política.

Otro clavo al ataúd del PRI: renunciará Garza Narváez

La salida del reconocido político tamaulipeco simboliza otro clavo más en el ataúd del PRI en Tamaulipas que de esta manera, sin cabeza y dejados de la mano del Comité Ejecutivo Nacional, ha empezado un declive que va en caída libre y parece que no tocará fondo.

Llenar este espacio será imposible porque como se recordará, Garza Narváez, exdiputado y gran operador político, siempre fue el principal artífice en las estrategias electorales del PRI en los tiempos en que era una catapulta de ‘‘carro completo’’.

Hoy, sin él, el PRI estatal empieza a sufrir el ciclo de una nueva pesadilla…

Y aquí en la frontera, la mañana de ayer se observó una calma aparente y además era obligado que se reanudara el tráfago vehicular porque se reinició el periodo escolar tras las prolongadas vacaciones de Semana Santa que como todos sabemos en las escuelas son de 15 días.

El caso es que aunque la calma era aparente se mascaba en el ambiente nerviosismo y dudas sobre si llevar o no a los niños y jóvenes a la escuela.

Los reynosenses presienten que en cualquier momento de nuevo se arman los catorrazos porque si no saben por lo menos suponen que cuando un grupo delincuencial se debilita, otro entra en su lugar y es un volver a empezar, pero mientras se amaciza se dan coletazos del derribado.

Así lo hemos visto en ocasiones anteriores cuando atrapan o eliminan a algún capo de la localidad, y no hay motivos para creer que el llamado comandante “Toro” es el último de los capos.

Entonces, como ya sabemos cómo suelen ser las cosas, como dicen en el rancho, cuando alguien se quema la boca hasta al jocoque le sopla.

Pero siempre habrá que confiar en los designios de Dios que tal vez nos está castigando por haber sido tan complacientes con los gobernantes del pasado que bien sabemos son los causantes de que este problema esté a nivel de monstruoso. Y bueno, el pasado regularmente se convierte en el presente.

Me pregunto ¿Qué Tamaulipas tendríamos si a los gobernantes que han pasado en lugar de carretadas de aplausos con que los tributaban en sus informes o en lugar de imponer sus nombres por calles y colonias se les hubiera pedido cuentas claras y no meras cifras maquilladas, ya no voy a decir que en el gasto público sino en el combate a la delincuencia? porque este problema, reitero, tiene desde el sexenio de TOMÁS YARRINGTON sin olvidar a MANUEL CAVAZOS LERMA que por andar avionado con el “maharishi” no reparó qué bandoleros estaban ingresando a la policía judicial del Estado.

Y luego, por meter a chaleco a Yarrington como candidato a gobernador, éste tuvo que hacer alianzas con toda clase de sujetos que luego cobraron las facturas porque los apoyos no fueron nada más andar echando porras sino en metálico constante y sonante.

Entonces, Tomás ganó la elección interna y luego la constitucional a punta de billetazos. Eso en Tamaulipas cualquiera lo sabe.

Luego él hizo lo mismo con EUGENIO HERNÁNDEZ FLORES quien nunca hubiera sido gobernador sólo con su apariencia de chavo buena onda. Tuvo también que meterle montañas de billetes al proyecto que también no todo el recurso provenía de gente estrictamente del sector empresarial.

Y el colmo fue al imponer a EGIDIO TORRE CANTÚ como relevo de última hora de su hermano Rodolfo. Fue tan absurdo que vimos que un candidato que no apareció en las boletas ganó las elecciones, y encima, con la eliminación del candidato que sí apareció que obviamente ese hecho provino de alguna banda delincuencial ya bien por decisión personal o porque alguna facción política los encandiló.

Pero en esos 24 años vimos aquí en Tamaulipas que la política había cambiado en sus modos, formas y prácticas y nada se dijo, al contrario, la omisión se les comprendió y por ser tan comprensivos unos y tan alabadores otros, ahora sí andamos con el rosario en las manos y clamando que esto ya se pasó de tueste.

Desafortunadamente no hay motivos para creer que el comandante “Toro” fue el último de los capos. Quiera equivocarme pero la verdad no veo señal. Esto va a seguir, las fuerzas federales patrullando las calles y nosotros a tener precaución cuando salgamos. No hay de otra.

Y por hoy, BASTA.

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