Columnas > MONS. JUAN NICOLAU

Cambios de clima y de temperamento

Parece que el clima nos está jugando bromas, después de llover y mantenernos frescos por un par de días después el calor nos agobia, tanto que es normal ver tres dígitos en los pronósticos del clima para la semana, 110ºF ya es promedio para nuestro Valle. Nuestro cuerpo trata de adaptarse lo mejor que puede pero entre el calor y lo frío del clima artificial dentro de casa, en las tiendas y oficinas, pues se afecta la garganta y si a eso aunamos las alergias, provocadas por el polvo suelto, el polen de plantas y pasto seco, nuestras vías respiratorias están bajo constante ataque de los elementos. 

Sin embargo, para algunas personas los cambios drásticos de clima les provocan algo más que molestias físicas, hay quien sufre cierto grado de depresión cuando llega el invierno, o se nubla y llueve por más de tres días, o cuando el calor excesivo les impide salir a disfrutar de actividades recreativas al aire libre. 

Cambios de clima y de temperamento

Antes se pensaba que eran cosas de viejos cuando alguien pronosticaba lluvia por sentir un dolor en los huesos o coyunturas, sin embargo hoy se reconoce que los cambios en la presión atmosférica, o cambios de presión en el ambiente, pueden afectar a quienes padecen principios de artritis reumatoide, osteoporosis, o simplemente son más sensibles a los cambios de presión externa y registran baja de presión arterial, o presión sanguínea, lo que manifiestan con dolores de cabeza. Hoy se denomina como síndrome de aflicción por los cambio en el clima, o SAD, por las siglas en inglés de Seasonal Affective Disorder, a esas molestias que sufren tanto hombres como mujeres, y que para algunos es característico que los padezcan por temporadas, algunos cuando llegan los días del invierno, y otros en la temporada más calurosa del año. 

Los síntomas para quien sufre el SAD en invierno son: el letargo, cansancio, dormir más horas de las acostumbradas, subir de peso por la ingestión de comidas altas en calorías, recluirse y evitar contacto social en lo posible. A quienes les afecta la llegada del verano suelen presentar insomnio, irritabilidad, fatiga, sentirse agitado constantemente, y tener una falta de apetito. Según los expertos este síndrome es compartido por el 6 por ciento de la población, en algunos casos moderadamente y en otros de una forma severa que requiere más atención. 

Para algunos es suficiente con cambiar de ambiente por unos días para mejorarse inmediatamente, pero otros requieren de varias semanas de terapia de luz (exponerse a la luz del sol o una lámpara especial con el mismo espectro de luz por unos 20 min. al día), para quienes sufren el SAD en verano son generalmente los rayos del sol brillante los que desnivelan la melatonina y serotonina en su organismo, lo cual está ligado al tiempo y calidad de las horas de sueño en las personas. Con el exceso de radiación solar además suben los niveles de adrenalina, lo que provoca irritabilidad entre otras cosas. Disfrutemos del día que nos toca vivir, y utilicemos la información que ahora tenemos para remediar los malestares causados por los cambios de clima, recuerda que el vivir el día de hoy es una bendición, que nadie tiene asegurado al día de mañana. 

…Y recuerda que Dios te ama y yo también.  Msgr. Juan Nicolau, Ph. D. STL. Sacerdote jubilado de la Diócesis de Brownsville. Es psicoterapeuta familiar y consejero profesional con licencias.