El Contador Tárrega
¡Óigame no!
Solía yo tener una noviecita en el kínder. Lo cierto es que uno, a esa edad, se toma muy en serio esas cosas del corazoncito (en diminutivo porque estábamos chiquitos); al menos yo sí lo hacía. Todos los días le compartía de mi lonche; aunque vivía yo a media cuadra de la escuelita, no me iba hasta que la recogían a ella; y con los incipientes c...
Preámbulo de un desastre
Enmarcada en mi librero hay una bella fotografía. Diciembre 1998. Aparece mi hijo Chuy, con 7 años de edad, en los terrenos de la Facultad de Comunicación en Monterrey, que colindaba con la casa donde vivíamos. Al fondo, el Cerro de la Silla se yergue majestuoso. Chuy sonríe feliz al lado de una bicicleta, su regalo navideño. El cie...
Encender el fuego
En un curso que di recientemente a un grupo de profesores, iniciaba reflexionando sobre esta frase: "La educación no tiene tanto que ver con llenar la olla, como con encender el fuego". Y comentaba que a veces nos preocupamos más por "zambutirle" en la cabeza al muchacho todo el contenido del temario, sin damos el tiempo de buscar maneras de hac...