Columnas > ERNESTO HERNÁNDEZ ALARCÓN

Anual 2016

11.- Robbie Williams,”The Heavy Entertainment Show”

Como era de esperarse, la Estrella británica buscaba una obra majestuosa. Para tal efecto, la sangre joven de Brandon Flowers de los The Killers, Rufus Wainwright y Ed Sheeran, fue requerida para formar parte del espectáculo. Ambicioso y neurótico, con sampleos a Serge Gainsbourg, inclusión de Serguei Prokófiev, críticas a Vladimir Putin, el llamado Robbie Williams busca ser el entretenedor más grande del mundo.

Anual 2016

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12.- Brendan Reilly, “The Life Of Reilly”

Un plato intimista, suave y amistoso. Un músico que ha formado parte del desconocido engranaje  que requiere la industria musical para que los grandes artistas o grupos brillen en la farándula. Buscando empaparse de las glorias de las candilejas y salir un tanto del anonimato, el artista nos entrega una propuesta de jazz muy fresco que sabe coquetear con un alegre sentimiento que desemboca en una plataforma de sofisticadas texturas.

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13.- Ace Frehley, “Origins, Vol 1”

El “spaceman”, icónico miembro de KISS por muchos años, nos entrega un compilatorio de versiones de temas originales de grupos o artistas que han sido sus principales influencias; sus orígenes. La lista agrupa a grandes como Free, Cream, Led Zeppelin, Thin Lizzy e incluye colaboraciones de ilustres personajes de la música como Slash de Guns and Roses. En lo personal, me llama la atención que Frehley realiza una versión del corte “Rock and Roll Hell” de los mismos KISS, el cual formó parte de uno de los mejores discos de la banda Neoyorkina: “Creatures of the Night” de 1982, y donde estaba acreditado el citado Frehley, pero quien en realidad no colaboró en ninguna de las canciones. Un regalo primordialmente a lo más sagrado de banda kabuki: la KISS Army.

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14.- Bon Jovi, “This House Is Not For Sale”

Este trabajo marca historia para Bon Jovi. Regresan a los estudios Power Station, donde comenzaron su ya larga y prolífica trayectoria allá por los inicios de los años ochenta.  Resalta la ausencia de Richie Sambora. Un disco que denota gallardía y entusiasmo, con tintes electrónicos de sobreproducción que harán sombra a las guitarras rítmicas en determinado momento. No es un regreso a sus raíces como sugiere la portada, es un Bon Jovi más versátil que dividirá a sus más acérrimos seguidores.

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15.- Rob Zombie, “The Electric Warlock Acid With Satanic Orgy Celebration”

Cortes rápidos, directos y machacantes. Orgía de sonidos apocalípticos, guitarras industriales, Piggy D en los bajeos intestinales, Ginger Fish a cargo de la batería del averno, Zeuss en la programación del tétrico show comandado por el Zombie, quien a pesar de su línea oscura-gore, degusta coquetear con canciones digeribles, con estribillos accesibles, que sin perder su irreverencia, pudieran abarcar un mercado más allá de sus miles de seguidores cautivos.