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Ahora Fiat-Chrysler

En calidad de presidente electo y ahora juramentado presidente de los Estados Unidos de América, Donald Trump se dirigió a a las armadoras de autos Ford, Toyota y General Motors en México, ahora le toca a Fiat-Chrysler. Los autos que se fabrican o ensamblan en México y se dirigen a los Estados Unidos pagarán un arancel máximo del 35 por ciento por unidad. Como ejemplo Fiat-Chrysler fabrica aproximadamente 500 mil vehículos al año. De estos, el 90 por ciento van al mercado estadounidense, o sea 450 mil autos y cada auto tiene un valor aproximado de 20 mil dólares, el impuesto de cada unidad sería de aproximadamente siete mil dólares, y si multiplicas los 7 mil por 450 mil, el resultado son millones y millones de dólares de impuestos o arancel. 

Ahora bien, esto es solo en lo que se refiere a Fiat-Chrysler, si aplicas el mismo concepto a las demás automotrices el beneficio que le llegaría a los Estados Unidos en forma de arancel va  ser de miles de millones. Ahora todo parece indicar que paulatinamente las automotrices están optando por dejar México y abrir plantas en Estados Unidos para evitar el oneroso arancel. 

Ahora Fiat-Chrysler

Sin embargo, analicemos todo esto bajo el contexto de un presidente recién electo que ya está aplicando presión para que lar armadoras de autos respeten las necesidades y los intereses de los Estados Unidos y no los de otros países. 

Es obvio que de por medio está el Tratado de Libre Comercio de Norte América entre Estados Unidos, México y Canadá. Pero el presidente Trum ha tenido las agallas de poner las necesidades del pueblo norteamericano sobre los de cualquier otro país. 

Reconociendo la crisis de desempleo que existe en la zona medio central (rust belt) de Estados Unidos por la fuga de la industria automotriz hacia otros países como México. El argumento por parte de Estados Unidos es muy práctico y lógico, si la mayoría de los autos que se fabrican en México son para el mercado norteamericano, a Estados Unidos le corresponde disfrutar de los empleos que se generan por esta industria. Y esto se manifiesta no solamente en la industria automotriz si no que en muchas otras industrias que regresan su producto ya ensamblado por la cuestión de mano de obra barata en el extranjero para venderlo en el mercado nacional.

Ya son décadas que México y otros países gozan de esto a costa del pueblo norteamericano. A consecuencia, los estados como Pensilvania, Ohio, Kentucky, Indiana, Michigan e Illinois quedaron como huérfanos.

¡Cómo no se les había ocurrido a los demócratas éste pésimo estado de cuentas! Tuvo que llegar por medio del presidente Donald Trump. Parece ser que el partido demócrata ndaba coqueteando con las empresas transnacionales sin importarle la gran crisis de desempleo en la zona “ruso belt”. No queda más que declarar viento en popa al presidente electo Donald Trump.

DESDE LA CALLE 17 este es mi punto de vista.  SHABBAT SHALOM

Federico Trigo. Attorney At Law/Abogado en Derecho Penal, Migratorio e Internacional. McAllen, Texas. Tel. (956) 739-6116.