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¿Aburrirse es razón suficiente para terminar una relación?

¡Caramba! Que complicado resulta darte cuenta que estás en una relación donde todo es monótono. Es como estar en un trabajo que ya no te emociona y sólo vas porque al parecer, “no hay de otra”. Recuerdo a un maestro que en una ocasión comentó que una relación estable tiene tintes de aburrimiento. Me quedé perplejo. Sin embargo, hoy a la distancia, comprendo que hasta cierto punto no estaba tan lejos de la realidad.

Hay muchas parejas que creen que estar en una relación sólida, predecible y rutinaria es una señal de aburrimiento. Sin embargo, necesitamos hacer distinciones. 

¿Aburrirse es razón suficiente para terminar una relación?

No es lo mismo la rutina que la mecánica. 

¿A qué me refiero? Todo mundo tiene rutinas en la vida, incluso aquellas personas que tienen trabajos en los que viajan constantemente al final de cuentas el viajar es parte de su rutina. 

¿Cómo puedes saber si estás haciendo las cosas por rutina o por mecánica? 

Cumplir con la rutina diaria es parte de la vida, pero hacer las cosas mecánicamente implica que no sientes ningún tipo de emoción. Imagínate teniendo relaciones sexuales en “modo automático”, ese sería un excelente ejemplo de lo que es hacer algo mecánicamente. 

Partiendo de esta explicación podrás identificar si lo que sientes es rutina, mecánica o efectivamente estás más que aburrido en la relación. Estarás de acuerdo conmigo que el amor evoluciona y cambia conforme pasa el tiempo y muchas parejas confunden aburrimiento con consolidación. Una relación consolidada es una relación que se estabiliza, se hace más tranquila y al mismo tiempo, más sólida. Las relaciones llenas de acelere, adrenalina y arrebatos pueden parecer “muy intensas”, pero la realidad es que no tienen tiempo de construir y nutrir una verdadera relación. Todo podría indicar que necesitan mil y un conflictos para sostener la relación. Conflictos en forma de celos, sospechas inquietantes, intrigas, venganzas y “panchos” que les resultan los ingredientes ideales para «aderezar» su romance. 

También es importante entender que la velocidad y el ritmo en las relaciones cambia. Para comprender mejor esta situación imagina que vienes en carretera a 90 millas por hora y cuando entras a la ciudad te desesperas porque el tráfico, según tú, va muy lento. Obvio que penarás que van como tortugas, pero no es real, lo que pasa es que tu venías como lince. ¿Me explico? En necesario que le des oportunidad a la relación en lo que se adapta a la nueva velocidad. 

¿QUÉ HACER?

En primer lugar, es necesario sentarte y que juntos platiquen. Ojo, no se trata de que le digas que él o ella te aburres más que viendo una pecera vacía. No se trata de personalizar la situación porque entonces estarías acusando y responsabilizando a tu pareja de la situación en la que están. Habla de la forma en cómo te sientes en la relación, no de cómo te hace sentir tu pareja. ¿Ves la diferencia?

Al mismo tiempo que haces la “confesión”, necesitas tener propuestas. Es indispensable ofrecer alternativas, desde ir a terapia o calendarizar actividades juntos e individuales. En muchos casos lo que las parejas “aburridas” necesitan es extrañarse un poco, es decir, cultivar sus intereses personales y con los que pueda compartir cosas nuevas. 

Si lo que sientes es un hastío infernal, lo que antes te parecía extraordinario hoy te da una flojera tremenda o si en momentos te cae mal tu pareja por tonterías y si lo único que estás esperando es que se cuajen de aburrimiento y sea él o ella quien termine la relación y no ser tú el villano de la trama, entonces lo únicos que estás haciendo es desperdiciar tu vida. Recuerda que eso de que “el tiempo lo cura todo”, no es cierto, en muchas ocasiones lo que hace el tiempo es podrir las cosas. Siempre hay alternativas, es cuestión de que primero seas honesto contigo mismo(a), plantees la situación y no esperes que con un “chocho” se componga la relación de un día para otro. Nos leemos pronto. #Anótele.  Sígueme en mi página oficial de Facebook: Coach Gerardo Moreno