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Levantar al Niño Dios, una tradición de la Candelaria

Residente de Edinburg celebra las tradiciones mexicanas

Las tradiciones mexicanas son muchas y van desde costumbres, religiosas, familiares, etc.


Una de las más arraigadas en una residente de la ciudad de Edinburg es la tradición de acostar el Niño Dios en Navidad y levantarlo el 2 de febrero, el Día de la Virgen de la Candelaria.



El acto de levantar el Niño Dios, del nacimiento, no debemos considerarlo como la terminación de las fiestas navideñas, sino como el principio de nuestro deber cristiano, unidos a la vida de Jesús y a su adolescencia, infancia, juventud y a su pasión en la muerte.


Bendito seas señor porque nos tienes reunidos en tu nombre, fueron las palabras que se dijeron antes de iniciar el rosario del 2 de febrero pasado.



La señora María de Jesús, dueña de esta ancestral tradición, dijo que heredó esta celebración religiosa de una señora de la tercera edad que le regaló un Niño Dios en 1948 cuando ella era apenas una adolescente.


"La señora Salinas me dijo que me dejaba "El Misterio", que es todo el paquete y consta del Niño Dios, los reyes magos, María y José y los animalitos".



Fue hasta 1960 cuando por fin doña Mary pudo realizar la tradición completa.


Empezó con un nacimiento pequeño e invitando a sus familiares más cercanos.


Después, cuanto tuvo más dinero.


el nacimiento empezó a crecer y los invitados fueron muchos más.



De 1970 a1975 fueron años desastrosos porque una cuñada se llevó al Niño Dios para San Luis Potosí, para según ella, cuidarlo mejor.


"Esos cinco años estuve enferma cada diciembre y en 1975 tuve un accidente donde murió mi hija más pequeña y yo estuve en coma por 12 días.


Ese fue mi castigo por haber dejado que me separaran de él.


Se murió mi hija y yo permanecí un año enyesada y sin poder caminar".



De 1975 a la fecha no me he separado de él, indicó con entusiasmo.


Desde ese día a la fecha, todos los años lo acuesto el 24 de diciembre, después de las 12:00 de la noche, que fue cuando nació Jesús de Nazaret y lo levanto el 2 de febrero el Día de la Virgen de la Candelaria, porque a esa fecha pasan los 40 días del nacimiento y es cuando lo presentan en el templo de su padre.



La tradición ya no es de un Niño Dios, doña Mary tiene 12.


Todos regalados como debe ser.


Cada año cada uno de ellos tiene una madrina que lo acuesta el 24 de diciembre y lo viste el 2 de febrero y lo sienta en su pequeño trono.


La obligación de la madrina es regalar bolsitas de dulces a todos los presentes.



Todos los Niños Dios son regalados y cuenta la señora Alemán que tiene tres que son directamente de Roma, Italia, tres de Monterrey y los demás son de ciudades de Tamaulipas y San Luis Potosí.


En total son 12.



La tradición indica que los padrinos son por cuatro años.


Para acostar el Niño Dios el 24 de diciembre.


Se necesita una pequeña sábana, una almohada y estar presente para realizar el rito.


Para levantarlo se necesita un vestido (se puede vestir de doctor, futbolista, etc) y una silla.


En ambas celebraciones los padrinos regalan bolsitas de dulces o lo que puedan dar.


"Yo doy la comida.


Siempre hago tamales, atole, arroz, para el 24 de diciembre y para el 2 de febrero, menudo y pozole.


Los alimento porque soy la mamá de todos".



Señaló que ha tenido muchos padrinos, algunos cumplen, otros no, pero siempre salen adelantes.


Algunos padrinos han terminado sus cuatro años y han seguido con otro término, por el gusto de hacerlo.



Doña María Alemán, residente de Edinburg, a sus más de 70 años dice que seguirá con ésta tradición hasta que muera.


Esto le sirve para reunir a su familia en éstas fechas además de que le deja la satisfacción de verlos reunidos sin importar desacuerdos entre ellos.


Esos días se olvida todo y comparten sus creencias.





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