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Las remesas mexicanas pasan por Pekín

Alibaba sería uno de los grandes damnificados si EU grava los envíos de dinero de migrantes

Las consecuencias de un gravamen sobre las remesas en Estados Unidos se dejarían sentir mucho más allá de México. La posibilidad de que los republicanos, comandados por Donald Trump, legislen para imponer un impuesto sobre los envíos de dinero de los mexicanos emigrados supondría un revés para Jack Ma, uno de los hombres más ricos de China y fundador de Alibaba, la mayor compañía de comercio electrónico del planeta. El imperio de Ma anunció la compra de MoneyGram, una empresa estadounidense especializada en transferencias internacionales presente en medio mundo pero con un negocio especialmente centrado en los envíos de EE UU a México: las transacciones entre ambos países norteamericanos suponen el 10% de los movimientos globales de MoneyGram. Si Trump y su equipo, de la mano de los legisladores conservadores, diesen finalmente el paso, la operación corporativa quedaría en una situación de debilidad y las empresas de envío de remesas se expondrían, a largo plazo, a una fuerte dentellada en su cuenta de resultados. Al menos, sobre el papel.

Logo de MoneyGram, una de las principales firmas de envío de remesas del mundo.Las remesas mexicanas pasan por Pekín

Ant Financial, brazo financiero de Alibaba y propietario de Alipay (una plataforma similar a PayPal con más de 450 millones de usuarios en China) pagará 880 millones de dólares por MoneyGram, la segunda compañía más importante del sector tras Western Union. La compra, anunciada en enero, se enmarca en la estrategia de internacionalización del gigante chino: “La adquisición mejorará nuestra capacidad de servir a los clientes globalmente y ayudará a desarrollar las finanzas digitales en estos mercados”, asegura un portavoz de Ant Financial. La firma propiedad de Ma rehusa comentar nada, sin embargo, sobre el impacto que podría tener en el negocio una intervención total o parcial de las remesas entre EE UU y México. Tampoco da pistas sobre si los planes de la Administración Trump podrían obligarle a rehacer su estrategia respecto a la empresa estadounidense.

En esta tesitura, no es extraño que el magnate chino fuera uno de los primeros empresarios extranjeros que se entrevistó con Trump, incluso antes de su toma de posesión. “Es un hombre de miente abierta y que escucha. Hay que darle tiempo”, dijo Ma tras la reunión. “Jack y yo vamos a hacer grandes cosas”, aseguró el presidente estadounidense en su habitual actitud colaborativa con otros grandes potentados.

El acuerdo de compra de Moneygram aún está pendiente del visto bueno del Comité de Inversiones Extranjeras (CFIUS), una agencia dependiente del Gobierno de EE UU que puede bloquear transacciones de este tipo si las considera una amenaza a la seguridad nacional.

Todo parece apuntar a que no será así, pero su fallo será una primera prueba para divisar la postura de la nueva Administración ante la creciente ola de inversión china: “No soy optimista porque Trump parece favorecer políticas más nacionalistas o proteccionistas contra firmas extranjeras.

Pero, por otra parte, no sé si Jack Ma llegó a algún tipo de acuerdo con el presidente sobre esta operación en particular”, explica Wang Yong, profesor de Economía de la Universidad de Pekín. Desde octubre del año pasado, las acciones de MoneyGram han duplicado su valor gracias, en buena medida, al fuerte repunte en los envíos de dólares de EE UU a México causado por el temor a medidas restrictivas de la nueva Administración.

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