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Las nalgadas ¡No son inofensivas!

Por Diana Baptista

Las nalgadas ¡No son inofensivas!

"Más vale una nalgada a tiempo" es un dicho común al hablar de cómo disciplinar a los niños, pero es una mala práctica.

Dora Giusti, jefa de Protección del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) en México, asegura que las nalgadas, cachetadas y cualquier tipo de golpe para disciplinar a los niños son formas de violencia que los padres deben evitar.

"No es correcto porque viene de la persona que más quiere el niño. Que le pegue confunde al niño, le genera molestia, estrés, vergüenza y culpa", explica.

No sólo los golpes cuentan como violencia disciplinaria: todo tipo de insulto, humillación y aislamiento para castigar a los niños puede ser contraproducente.

En México, la "nalgada formativa" no es una práctica en desuso: seis de cada 10 niños ha recibido algún golpe como forma de disciplina, de acuerdo con la Consulta Infantil y Juvenil 2015.

Aunque una suave nalgada parezca inofensiva al principio, la fuerza de los golpes puede ir aumentando hasta causar un daño serio.

Giusti recuerda que los hijos tienden a desafiar a sus padres, en particular cuando éstos se siente estresados o cansados.

Así como los desafíos aumentan, también aumenta la violencia.

La experta recomienda a los padres tener listo un plan de cómo van a actuar cuando sus hijos se porten bien o mal.

También es prudente que los padres reconozcan cuando se siente demasiado enfadados, para evitar responder con golpes o insultos.

Si se sienten al borde de su paciencia, los adultos pueden salir de la habitación o alejarse del niño por unos minutos, hasta que recuperen la compostura.

La experta agrega que acostumbrar a los niños a los golpes puede alterar la manera en que se comportan con otras personas.

"Si los niños aprenden que es una norma de comportamiento utilizar nalgadas, bofetes o insultos, lo van a replicar en relaciones con otros", advierte.

Aunque la violencia disciplinaria no está prohibida en México, la Ley General de Derechos de la infancia establece que los niños tienen derecho a vivir una vida libre de todo tipo de violencia.  

Giusti pide que trates igual a niños y adultos: en ambientes laborales y personales, no es admisible que un adulto golpee o insulte a otro.

"Es una cuestión de respeto. No nos relacionamos con otros adultos con violencia; a los niños debemos tratarlos igual", concluye Giusti.

Disciplina positiva

El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), recomienda: 

1.- Elabora un plan de disciplina positiva. Establece cómo vas a castigar a tus hijos, sin recurrir a golpes o insultos.

2.- Identifica las señales de enfado. Si durante un pleito con tu hijo sientes tu rostro caliente, o que tu pulso y tu respiración se aceleran, sal de la habitación y toma diez segundos para calmarte.

3.- Habla con ellos. Al volver, explica a tu hijo por qué te enfadas, por qué se comporta incorrectamente y cuál será su castigo.

4.- No le prestes atención. Separa brevemente al niño, según su edad. Puedes sentarlo en una silla en el rincón o dejar de prestarle atención por unos minutos hasta que se tranquilice.

5.- Sanciona sin violencia. Elige castigos como tareas extra en el hogar o retirarle un juguete.




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