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Lanzan obispos ¡Basta ya!

Inconformidad por ola de sangre, de muertes y desapariciones

México, D.F.

MENSAJE. El texto de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) demandó una profunda transformación institucional, judicial y política.Lanzan obispos ¡Basta ya!

En un crítico pronunciamiento, en el que se solidarizaron con los familiares de las víctimas de Ayotzinapa, advirtieron que la situación de inseguridad no sólo ha empeorado, sino que ha desatado una verdadera crisis nacional.

“No queremos más dolor ni más vergüenza. Compartimos como mexicanos la pena y el sufrimiento de las familias cuyos hijos están muertos o están desaparecidos en Iguala, en Tlatlaya, y que se suman a los miles de víctimas anónimas en diversas regiones.

“Muchas personas viven sometidas por el miedo, la desconfianza al encontrarse indefensas ante la amenaza de grupos criminales y, en algunos casos, la lamentable corrupción de las autoridades”, reclamó.

Titulado “¡Ya Basta!”, el texto de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) demandó una profunda transformación institucional, judicial y política, para asegurar que no se repitan hechos como el de Iguala.

Esta “situación dolorosa”, consideraron los Obispos en el marco de su 98 Asamblea Plenaria, tiene que ser atendida por todos los mexicanos, cada uno desde su propio lugar y en su propia comunidad.

“En medio de esta crisis vemos con esperanza el despertar de la sociedad civil que, como nunca antes en los últimos años, se ha manifestado contra la corrupción, la impunidad y la complicidad de algunas autoridades.

“Es necesario pasar de las protestas a las propuestas. Que nadie esté como buitre esperando los despojos del País para quedar satisfecho. La vía pacífica, que privilegia el diálogo y los acuerdos transparentes, sin intereses ocultos, es la que asegura la participación de todos para edificar un país para todos”, indica.

Para los Obispos, México está en un momento crítico en el que se juega una auténtica democracia que garantice el fortalecimiento de las instituciones, el respeto de las leyes y la educación, así como el trabajo y la seguridad de las nuevas generaciones.

Es urgente, consideraron, que la ciudadanía acompañe y participe en la construcción del bien común, y que el Estado garantice orden institucional y administración de justicia que genere confianza.

“Sin el acompañamiento y la vigilancia por parte de la sociedad civil, el poder se queda en manos de pocos.

“Ante la situación que enfrentamos, los Obispos de México queremos unirnos a todos los habitantes de nuestra nación, en particular a aquellos que más sufren las consecuencias de la violencia, acompañándoles, en su dolor, a encontrar consuelo y a recuperar la esperanza”, abundaron.



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