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Gastan millones en glorificar a Kirchner

Elsa Calles describía entusiasmada el edificio que acababa de visitar: las puertas, los balcones, la luz coloreada por los vitrales. Ella alcanzó lugar en las visitas guiadas para conocer el recién inaugurado Centro Cultural Kirchner, que está en el corazón del circuito turístico de Buenos Aires.

A esta jubilada argentina no le importó lo que se invirtió para remodelar el antiguo Palacio del Correo, ni que el edificio ostente el apellido de la pareja presidencial Néstor-Cristina, que cumple 12 años en el poder.

Aunque inconcluso, el 21 de mayo la Presidenta Cristina Fernández inauguró el que llamó "el viejo sueño" de su fallecido esposo y ex Presidente Néstor Kirchner: una mole dedicada a todas las expresiones artísticas que pretende ser un referente internacional. El evento se llevó a cabo en sus últimas fiestas patrias como Mandataria.

En su discurso transmitido en cadena nacional destacó las acciones culturales en su gestión, pero no habló del costo de la obra que días antes había sido publicado por el diario La Nación: más de 200 millones de dólares.

Es la misma cantidad que el Banco Asiático de Desarrollo enviará a Nepal para ayudar al país a reconstruirse tras el terremoto que lo sacudió. Misma cantidad que el Banco Interamericano de Desarrollo prestó recientemente a Argentina para ayudar a 31 mil familias pobres. Misma cantidad que la película "Avengers: Age of Ultron" ha recabado.

Esta cifra fue veladamente confirmada un día después por Julio de Vido, Ministro de Planificación Federal, quien afirmó que se invirtieron unos 2 mil 600 dólares por metro cuadrado en el inmueble que mide alrededor de 100 mil, y justificó que el presupuesto se ubica por debajo de emprendimientos similares en otros países.


LA HISTORIA

El "sueño" de Néstor Kirchner se gestó en 2006, cuando era Presidente, y se planeó como el Centro Cultural del Bicentenario.

El objetivo era remodelar el antiguo Palacio del Correo para dotar al país de un espacio que permitiera eventos culturales en diversas áreas, con un presupuesto tres veces menor pero igual de ambicioso.

En mayo de 2010, a pocos meses de que muriera su esposo, la ya Presidenta Cristina Fernández lanzó la obra de lo que dos años más tarde se renombró como Centro Cultural Kirchner, sin el "Néstor".

El edificio tiene 10 pisos. Alberga una gran sala de conciertos llamada Ballena Azul, con mil 750 asientos --a la par de las más importantes del mundo--, otra más pequeña para música de cámara, seis auditorios, una cúpula vidriada con un sistema computarizado de led que transmite las banderas del mundo, un gran cuarto que cuelga del techo para albergar exposiciones, miradores, salas de exposiciones, camerinos y vestíbulos.

También hay una sala llamada Néstor Kirchner con una exposición permanente dedicada al ex Presidente.

De Vido dijo que aunque el centro todavía no está terminado son sólo unos detalles los que le faltan. De cualquier forma, los espacios que tanto la prensa como los ciudadanos han podido visitar, son pocos.

Desde el viernes el centro está abierto para que el público lo conozca y luce abarrotado. Quienes no alcanzan lugar en las visitas guiadas sólo conocen el hall central, los balcones y la sala Néstor Kirchner.

Los que acceden a la visita guiada, 560 personas por día, entran a un par de salas más y a la Ballena Azul, la joya de la corona de este centro. Con este recinto la Orquesta Sinfónica Nacional por fin tendrá una sede.

La cartelera del que la Presidenta denominó como "el centro cultural más grande de Latinoamérica" llega hasta el 13 de junio, después no se sabe lo que va a pasar. Todos los eventos son gratis.

LOS GASTOS

Los trabajos para el CCK comenzaron en 2009. El presupuesto está distribuido en diferentes años y partidas pero aún así, y a cuenta gotas, han ido saliendo detalles de los gastos.
Tras un escándalo en los medios, el 17 de abril el Ministerio de Planificación Federal aceptó en un comunicado la compra de cinco pianos en los que se gastaron poco más de un millón de dólares.

Después de una revisión a las licitaciones directas, el diario La Nación publicó el 15 de mayo que también se adquirieron un fortepiano y dos arpas, con un costo de cerca de 100 mil dólares.

A ello se agrega un complejo sistema audiovisual y multimedia, 500 tabletas para las visitas guiadas, 500 computadoras con monitor, 30 impresoras blanco y negro y 10 en color más los contratos que ya se hicieron por dos años para limpieza y seguridad.

LA POLÉMICA

Esta obra no está exenta de polarizaciones. Basta con revisar en Twitter el hashtag #centroculturalkirchner y las opiniones aparecen dividas entre el #orgullonacional y los que están en contra.

Ignacio Montoya Carlotto, el nieto recuperado 116, pariente precisamente de Estela de Carlotto, la titular de las Abuelas de Plaza de Mayo, organización que se dedica a regresar a sus familias a los niños secuestrados por militares durante la dictadura Argentina, es uno de los entusiastas.

"Creo que la apertura de este centro cultural presupone como siempre una gran alegría, más allá de sus dimensiones, sus características particulares, sus pianos y sus salas grandes. Supone creer en la idea de que a partir de la cultura y el arte se puede transformar la vida de las personas, cosa que siento irrefutable", dijo a REFORMA el también músico.

El sábado pasado, a la salida del recinto, la gente en general se mostraba conforme sin darle mayor importancia ni al nombre ni al presupuesto, resaltando el aporte cultural.

Sin embargo, hay actores sociales que no se muestran tan a favor. Tal es el caso de Javier Miglino, fundador de la ONG Defendamos Buenos Aires, un organismo a favor de los derechos civiles de los porteños.

"Me parece, desde Defendamos Buenos Aires, un dispendio absoluto de dinero público y de trabajo público (). Fundamentalmente en este caso se da la utilización de un espacio que se planteó como Centro Cultural del Bicentenario y con el correr de los años se fue tergiversando hasta convertirlo en un bastión del kirchnerismo", expresó.

Ciertamente la continuidad del Centro Cultural Kirchner tiene asegurados sólo siete meses, los últimos de la gestión de Cristina Fernández. Si después de las elecciones del 25 de octubre la Oposición llega al poder, su rumbo podría ser otro.


La Ballena Azul, joya de la corona de este centro, es la nueva sede de la Orquesta Sinfónica Nacional. Foto: Tomada de @CCKirchnerGastan millones en glorificar a Kirchner


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