Es plan migratorio reto de republicanos
Noviembre 15, 2014 - 02:36 p.m.
La inminente acción del Presidente Barack Obama en materia migratoria se perfila para convertirse en la primera oportunidad real de que el nuevo liderazgo republicano en el Congreso demuestre que puede evitar los peligros de oponerse a las políticas del Presidente, y se una en torno a una agenda de Gobierno propia.
Al insistir en que tomará medidas unilaterales para reformar el sistema de inmigración del país, Obama le ha presentado a sus adversarios un atractivo blanco político.
En Asia, la actitud de Obama fue básicamente de "se los advertí", al decir que había dado todas las oportunidades a los
para evitar la medida que estaba a punto de tomar.
"Le indiqué hace varios meses al Presidente (de la Cámara de Representantes) Boehner que si el Congreso no actuaba, yo usaría toda la autoridad legal que poseo", dijo Obama en una rueda de prensa en Myanmar.
"Eso va a suceder. Y va a suceder antes de que termine el año".
Funcionarios de la Administración dijeron que el Presidente actuaría contra la deportación a hasta 5 millones de personas que viven ilegalmente en Estados Unidos, y brindaría a muchas de ellas permisos de trabajo.
El Presidente también planea reenfocar las actividades de 12 mil agentes de inmigración del país para que se centren en deportar a criminales convictos y a personas que hayan cruzado ilegalmente la frontera de forma reciente.
Los
republicanos
, quienes controlarán ambas cámaras del Congreso el próximo año, han aprovechado la posibilidad de lo que han llamado la amnistía ejecutiva de Obama.
Le han advertido al Presidente y a sus aliados demócratas que dicha acción ejecutiva podría dar pie a demandas legales, una paralización legislativa en otros temas e incluso la amenaza de otro estancamiento presupuestario y un paro del Gobierno.
John A. Boehner, el Presidente de la Cámara de Representantes, y el Senador Mitch McConnell de Kentucky, quien se convertirá en el líder de la mayoría el año próximo, se han unido al coro de indignación de algunos de los miembros más conservadores de su partido.
Esta semana, Boehner dejó abierta la posibilidad de que los
republicanos
de la Cámara de Representantes provoquen un paro del Gobierno en un estancamiento legislativo en cuanto al tema migratorio.
"El Presidente está jugando con fuego, y cuando uno juega con fuego, se quema", dijo Boehner a líderes
republicanos
en una sesión a puerta cerrada el jueves, de acuerdo con una persona presente.
"No sabemos cuándo lo hará exactamente o cómo lo hará exactamente. Pero si continúa, nosotros vamos a pelear".
Sin embargo, la primera impresión cuenta, y a muchos estrategas
republicanos
les preocupa el daño político si la primera medida del partido en el Capitolio es una batalla prolongada sobre el presupuesto que resulte en un cierre del Gobierno, en gran medida como ocurrió tras el paro ocurrido por la reforma de Obama al sistema de salud en el 2013.
Por su parte, McConnell ha insistido en repetidas ocasiones en que el Partido Republicano no tiene ninguna intención de provocar un paro del Gobierno y ha prometido, tras las victorias republicanas en las elecciones de medio término, que su partido puede hacer que se logren cosas en Washington.
"Se le puede poner un fin a este estancamiento y disfunción", dijo McConnell en una rueda de prensa el 5 de noviembre.
Sin embargo, ponerle fin al estancamiento podría ser más difícil en un entorno en el que los
republicanos
se centren en lo que ellos consideran otro ejemplo de los excesos ejecutivos del Presidente.
Los
republicanos
creen que su mejor opción de bloquear las acciones del Presidente en cuestiones migratorias es un próximo proyecto de ley sobre gasto, que debe ser aprobado a más tardar el 11 de diciembre para poder brindarle fondos al Gobierno durante al año próximo.
En el Senado, tres
republicanos
-Ted Cruz de Texas, Mike Lee de Utah y Jeff Sessions de Alabama- han tomado la iniciativa al exhortar a sus colegas a que se opongan a cualquier proyecto de ley sobre gasto a menos que incluya cláusulas para evitar que el Presidente tome medidas sobre inmigración.
"Nuestra oficina está lista para usar cualquier medio procesal disponible para asegurar que el Presidente no pueda promulgar esta amnistía ejecutiva ilegal", dijo Catherine Frazier, vocera de Cruz.
Además, el Representante Matt Salmon, republicano por Arizona, envió una carta con 63 firmas a Boehner y al presidente del Comité de Apropiaciones de la Cámara, para exhortarlos a no mandarle ningún proyecto de ley sobre gasto al Senado que no incluya lenguaje que prohíba el financiamiento para las presuntas intenciones del Presidente de crear permisos laborales y permisos de residencia permanentes para
indocumentados actualmente en Estados Unidos.
Sin embargo, la dinámica de esa medida es complicada.
El Representante Harold Rogers de Kentucky, presidente del Comité de Apropiaciones, ha dejado en claro que aunque se opone a cualquier acción ejecutiva sobre inmigración, no está seguro de que se deba incluir ese lenguaje en un proyecto de ley sobre gasto que es necesario aprobar, ya que podría resultar en un cierre del Gobierno.
Otros en su partido están más decididos.
Algunos
republicanos
en la Cámara de Representantes dijeron anteriormente que iniciar un proceso de juicio político era visto como una opción viable si Obama sigue adelante con sus acciones ejecutivas.
"La audacia de este Presidente para pensar que puede destruir por completo el Estado de derecho con el trazo de una pluma es incomprensible para mí", dijo en un comunicado el jueves el Representante Steve King, republicano por Iowa, quien se opone abiertamente a una
.
"Es inconstitucional, es cínico y viola la voluntad del pueblo estadounidense. Nuestra república no se sostendrá si toleramos a un Presidente empeñado en la destrucción absoluta del Estado de derecho".