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¡AÚN NO SE LA CREE!

>Sergio Romo, feliz de vestir el azul de Dodgers < El relevista mexicano llega a Los Ángeles por un año y tres millones de dólares.

Glendale, Arizona

¡AÚN NO SE LA CREE!

Sergio Romo miraba sobre su hombro una y otra vez como si quisiera asegurarse de que el uniforme de los Dodgers con el número 54 siguiera ahí.

Y ahí estaba, como la confirmación de algo que Romo llegó a pensar que nunca ocurriría. El relevista de origen mexicano creció siendo fanático de los Dodgers en la comunidad agrícola de Brawley, California. Pero eso fue antes que los Gigantes lo eligieran en el draft de 2005 y antes que el derecho ayudara a San Francisco a ganar tres Series Mundiales.

“Honestamente, es una verdadera ironía, ¿no?”, dijo Romo el jueves, un día después de haber firmado un contrato por un año y tres millones de dólares que incluye bonos de rendimiento por 250 mil dólares. “Es decir, creciendo como aficionado de los Dodgers, luego anunciarles a los padres y mi abuelo que los Gigantes me seleccionaron. Luego, era un Gigante.

“¿Quién lo hubiera imaginado?, pero aquí estoy, llegando a lo que es considerado en el Área de la Bahía el lado oscuro. Fui un rival por muchos años. Pienso que es algo sensacional. También un poco absurdo”.

Para los Dodgers, es además algo necesario.

Con la llegada de Romo, los Dodgers adquieren una ayuda crucial para su bullpen. Siendo excerrador, se espera que trabaje antes del noveno inning para dejar el escenario preparado para el taponero Kenley Jansen.

“Obviamente tiene mucha experiencia en octubre, mucha experiencia lanzando en los innings de cierre y en disputas por banderines”, declaró el presidente de operaciones deportivas de los Dodgers, Andrew Friedman, que piensa que el Romo será efectivo contra los bateadores derechos.

La experiencia de Romo en encuentros bajo presión en el más importante escenario del béisbol fue motivo suficiente para que el manager Dave Roberts lo tomara en cuenta para algo más que una labor de octava entrada.

“El año pasado, nuestro bullpen fue uno de los mejores en Grandes Ligas, si no es que el mejor, y mucho de eso ayudó a no ser egoístas”, declaró Roberts. “Habrá muchas ocasiones en las que Sergio lance el octavo inning, y otras veces en la que no”.

Un esguince en los tendones flexor de su mano derecha limitó su participación la temporada pasada. Tuvo 40 salidas en lugar de las 70 que realizó en 2015, y terminó 2016 con efectividad de 2.64. Eso fue suficiente para darle un lugar en la selección mexicana para el Clásico Mundial de Béisbol a realizarse en marzo.

Su abuelo jugó con los Diablos Rojos del México. Cuando era niño, él y su papá, Frank, con frecuencia cruzaban la frontera en un viaje de cerca de 30 millas de Brawley a Mexicali, para jugar en las ligas de adultos. (AP)




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