Afirma que nunca ha escrito libros domesticados

Ciudad de México

Cristina Rivera Garza no quiso responder de nuevo a la oposición de la Fundación Juan Rulfo de que ella se presentara en la Fiesta del Libro y la Rosa por haber escrito un libro difamatorio.

La escritora se limitó a decir que haber provocado una respuesta tan vehemente se debe a que hay conversaciones pendientes. 

"No creo que haya que defender el libro. El libro está ahí afuera para formar su círculo de afectos, para encontrar a sus lectores", dijo al término de su participación en el evento que organiza la UNAM, en el Centro Cultural Universitario. 

Había mucha neblina o humo o no sé qué, se centra en la vida privada, sobre todo a los empleos que tuvo Rulfo, durante el periodo alemanista, el periodo modernizador, como se le conoce. 

Rivera Garza consideró que la vida cotidiana, la forma en que una persona se gana la vida, también es relevante para conocer la personalidad literaria de alguien como el autor de El llano en llamas. 

Rulfo trabajó en el Instituto Nacional Indigenista y en la Comisión Del Papaloapan, uno de los principales proyectos del sexenio de Miguel Alemán. 

Para la autora, estos empleos tuvieron un impacto directo en la literatura rulfiana. 

Rivera Garza estaba consciente de que Rulfo, como todo ser humano, no era un ser perfecto. 

"Nunca he escrito libros domesticados, libros dóciles. Rulfo es masivo, Rulfo es complejísimo por eso tuve que echar mano de todo lo que sabía", respondió Rivera Garza.